Desde aquel día, con Azucena Villaflor de De Vincenti liderando la iniciativa y el desesperado pedido inicial plasmado en la pregunta "¿Dónde están?", las Madres se juntaron en la histórica Plaza de Mayo para reclamar, visibilizar y denunciar la atrocidad de tener a sus hijxs desaparecidxs bajo el terrorismo de Estado, como así también las violaciones a los Derechos Humanos impuestos por la dictadura cívico militar del ‘76.
Bajo la estricta orden de la Policía Federal de "circulen", ELLAS, tomadas del brazo de a dos, con los pañales de sus hijxs cubriendo sus cabezas, organizadas y "obedientes" ante la mirada del mismo horror, formaron un círculo perfecto que se constituyó en el símbolo de rebeldía más ingenioso y conmovedor del mundo entero y de todos los tiempos.
Esa primera ronda, conformada luego de un inútil peregrinar por Ministerios, Iglesias, Comisarías y Juzgados, a 43 años, sigue sosteniendo el pedido de MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA que el Pueblo argentino heredó de estas increíbles mujeres y levanta como bandera de lucha contra la Impunidad.
Sus pies incansables y sus pasos inagotables tatuaron las huellas por donde transitamos nuestra historia, porque sabemos siempre que ese camino representa todo lo que está bien.
Queridas Madres, ustedes dieron los primeros pasos, un Pueblo entero las siguió, las sigue y el mundo entero respeta y abraza hoy la lucha por Memoria, Verdad y Justicia que nos legaron.
¡MADRES DE LA PLAZA, EL PUEBLO LAS ABRAZA!
¡SON 30.000!
¡NUNCA MÁS!