Apenas 3 años atrás se había terminado la II Guerra Mundial y era necesario que los horrores cometidos durante 6 largos años de guerra (secuestros, torturas, persecuciones y asesinatos masivos) no se siguieran perpetuando. Los 51 países fundadores de la ONU se reunieron entonces para crear una organización cuyo mandato principal era y sigue siendo el mantenimiento de la paz en el mundo.
Los principios de la DUDH se elaboraron en mayor profundidad en tres grandes tratados en los años posteriores a su aprobación: la Convención Internacional sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer; y la Convención sobre los Derechos del/a Niño/a.
La DUDH está hoy en día presente en el espíritu de la mayoría de las constituciones nacionales aprobadas desde 1948 en todo el planeta. Nuestro país la incluye y le da jerarquía constitucional a partir de la Reforma de 1994. Celebramos cada año su existencia luchando por los Derechos Humanos, porque bien sabemos que el espíritu de una declaración y del conjunto de leyes que expresan principios inalienables deben defenderse constantemente para que tomen cuerpo, se efectivicen y garanticen.
En un país y en una región donde las fuerzas neoliberales pugnan constantemente por arrasar los derechos de los ciudadanos, amedrentando y estigmatizando a las y los Trabajadores, ejerciendo la persecución sobre dirigentes sindicales, sociales y agrupaciones estudiantiles, habilitando políticamente y avalando el ejercicio de la violencia institucional; esta fecha debe inspirar nuevas formas de organización y lucha contra la impunidad.
¡Que cada 10 de diciembre sea un compromiso con la Democracia y, por lo tanto, con el respeto por los Derechos Humanos!
