Esta decisión de política educativa implicó alcanzar la autonomía y el consecuente funcionamiento de Escuelas y Centros de Educación de Adultxs (C.E.A.) con independencia de las Escuelas Primarias.
En contraposición, durante la última dictadura cívico militar, este dispositivo inclusivo fue gravemente atacado con: desapariciones, destierros y cesantías de maestrxs, alumnxs, referentes institucionales y comunitarios; cierre de servicios educativos, anulación de propuestas metodológicas en el campo pedagógico-didáctico específicas para esta Educación, basadas en los postulados de la pedagogía emancipadora; prohibición del desarrollo de clases a partir de propuestas grupales de trabajo; instalación impuesta del aprendizaje basado en la enseñanza individualizada; desamparo gremial, congelamiento político-cultural de todas las potencialidades articuladoras y hacedoras de experiencias de cambio social; exclusión de vastos sectores sociales de los beneficios educativos a partir de la no apertura de escuelas y centros aún cuando la necesidad estaba presente; prohibición de publicaciones de textos académicos y líneas de investigación aplicada; establecimiento de planteles de conducción de la Educación de Adultxs (Inspectorxs de Área y Jefes de Región) que no provenían de esta modalidad y cuyo único propósito era controlar, cesar e invisibilizar a lxs actores y escenarios donde se llevaban a cabo los procesos educativos.
Con la recuperación de la Democracia y, más cerca, en las últimas décadas, se volvió a poner a la Educación de Adultxs en un primer plano, cobrando mayor relevancia las acciones educativas a partir de la obligatoriedad del Nivel Secundario que plantean las Leyes de Educación Nacional y Provincial, sancionadas en los años 2006 y 2007. El Programa Fines constituyó un hito en el desarrollo de esta modalidad de la Educación.
La pandemia trajo nuevos desafíos y nuevos derechos a garantizar, como el derecho al acceso a las tecnologías de comunicación y a la conectividad.
Concebimos a la Educación como un Derecho Social ineludible por parte del Estado, porque estamos convencidxs de que en cada ámbito educativo, sea la escuela, el barrio, la comunidad y el ámbito virtual es donde debe organizarse nuestro pueblo y donde hay que desarrollar esta educación permanente, a través del diálogo crítico, la práctica y la reflexión enriquecedora de esa práctica para transformar la realidad.
A partir de este desafío que asumimos, nos comprometemos en el reconocimiento del otro, como sujeto de plenos derechos; en garantizar el aprendizaje a lo largo de toda la vida, de potenciar la acción educativa hacia el futuro que todos y todas nos merecemos, que sea más justo y más igualitario.
Desde estas convicciones y este compromiso, saludamos y abrazamos a todxs lxs docentes y estudiantes de la Educación de Jóvenes, Adultxs y Adultxs mayores en este día.