Comienza la represión. Los efectivos empiezan a arrojar gases lacrimógenos y balas de goma, acompañados también por un carro hidrante. Muchos de lxs docentes se refugian en una estación de servicio cercana y otros son perseguidxs por policías a pesar de ya haberse retirado de la ruta.
Cabe recordar que durante la década del ‘90 el menemismo llevó a lxs trabajadorxs a sufrir el mayor avance de la precarización laboral. El entonces Gobernador de Neuquén y uno de los discípulos de Menem, Jorge Sobisch, a través de transferencias de recursos al sector privado desmanteló la Educación (y la Salud) provincial, llevándola a funcionar con los recursos básicos. Lxs docentes de la provincia de Neuquén se mantuvieron durante varios años reclamando a través de pedidos de audiencias, petitorios y un sin fin de medidas institucionales. Pedían por la recomposición salarial, el pase a planta permanente de todos lxs contratadxs y el pase al básico de los aportes no remunerativos, entre otras reivindicaciones. Sin embargo, no obtuvieron ninguna respuesta.
Una vez expulsadxs lxs docentes de la ruta y tras una conversación entre dirigentes y policías en la estación de servicio, se detiene el accionar policial y lxs docentes se retiran en grupo, a pie y en autos, hacia la ciudad de Senillosa, escoltadxs por camionetas policiales. Hasta que sin aviso, las camionetas policiales se adelantan a la caravana y reanudan el uso de la fuerza.
Es entonces cuando el Cabo José Darío Poblete dispara, a unos dos metros de distancia, una granada de gas lacrimógeno hacía el Fiat 147 donde, en el asiento trasero, viajaba Carlos Fuentealba. El proyectil atraviesa el vidrio del auto e impacta en la nuca de Fuentealba, causándole un hundimiento de cráneo. Lxs demás manifestantes no podían comprender lo que acababa de pasar. Entre gritos, llantos y desesperación, rápidamente llamaron a una ambulancia para que traslade a Carlos al hospital más cercano.
Una vez en el hospital provincial, Fuentealba fue sometido a dos operaciones y finalmente murió al día siguiente. El día que murió tenía 40 años y dos hijas de 10 y 14 años. Desde entonces, la CTA, la CTERA, ATEN y el SUTEBA han acompañado a Sandra Rodríguez de Fuentealba, en el reclamo por el juicio y castigo a los responsables del asesinato. Se realizaron marchas, movilizaciones, junta de firmas, petitorios y todo tipo de actividades artísticas.
Gracias a la lucha docente, el martes 8 de julio de 2008, la Cámara Criminal Primera de Neuquén condenó a prisión perpetua con la inhabilitación absoluta y perpetua al policía Darío Poblete. Esta sentencia se conoció como Causa Fuentealba I.
Sin embargo, la lucha no termina, y desde las distintas Organizaciones Sindicales y Organismos de Derechos Humanos se sigue exigiendo que se castigue a lxs responsables intelectuales y políticos, con el ex-Gobernador de la provincia, Jorge Sobisch, a la cabeza.
En agosto de 2019, la Sala Penal dejó sin efectos los sobreseimientos que el mismo Tribunal Superior de Justicia había resuelto años atrás.
Es importante que hoy reflexionemos sobre el valor de la vida, sobre el vacío que ha dejado en un aula del país, tan aberrante muerte. Hoy una familia, un grupo de alumnxs, y todxs lxs docentes llevamos 15 años sin la presencia de un ser noble, comprometido, solidario, que se brindaba enteramente a lxs demás. Hoy podemos hablar de la bronca y la tristeza que nos causó su muerte, pero también tenemos que hablar de fuerza y acción concreta para que no claudiquemos en nuestro reclamo por juicio y castigo a lxs culpables.
Fuente: Secretaría de Derechos Humanos - SUTEBA