20/11/2020
Frente a las estigmatizantes declaraciones emitidas por Soledad Acuña, Ministra de Educación de CABA; diversas Organizaciones y entidades expresaron sus más sentidas muestras de apoyo a la Educación Pública y en absoluto repudio a tales expresiones.
Compartimos el apoyo expresado por:
Espacio Intersindical "Salud, Trabajo y Participación de lxs Trabajadorxs"
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires
Cabildos por la Soberanía Educativa
Departamento de Educación de la Universidad Nacional de Luján
Comité Académico del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación
Equipo de Sacerdotes para las Villas de la Ciudad de Buenos Aires
Cátedras de Psicología Educacional de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires
Organismos de DDHH (Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S. Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza, Liga Argentina por los Derechos Humanos, Familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos)
MAESTRÍA EN FORMACIÓN DOCENTE DE LA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
Declaración de la Maestría en Formación Docente, de la Universidad Pedagógica Nacional, (UNIPE) a propósito de las declaraciones de la Ministra de Educación de la CABA:
La Comisión Académica de la Maestría en Formación Docente rechaza decididamente las opiniones vertidas por la señora Soledad Acuña respecto de los docentes, de su formación, de sus expectativas y de la orientación de los Institutos de Formación Docente.
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires
Cabildos por la Soberanía Educativa
Departamento de Educación de la Universidad Nacional de Luján
Comité Académico del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación
Equipo de Sacerdotes para las Villas de la Ciudad de Buenos Aires
Cátedras de Psicología Educacional de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires
Organismos de DDHH (Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S. Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza, Liga Argentina por los Derechos Humanos, Familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos)
MAESTRÍA EN FORMACIÓN DOCENTE DE LA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
Declaración de la Maestría en Formación Docente, de la Universidad Pedagógica Nacional, (UNIPE) a propósito de las declaraciones de la Ministra de Educación de la CABA:
La Comisión Académica de la Maestría en Formación Docente rechaza decididamente las opiniones vertidas por la señora Soledad Acuña respecto de los docentes, de su formación, de sus expectativas y de la orientación de los Institutos de Formación Docente.
En primer lugar, y en términos generales, sus afirmaciones involucran por un lado, una actitud de notoria desvalorización respecto de los institutos de formación docente a los que acusa por estar encerrados sin remedio en funciones tradicionales, sin apertura a cambios pedagógicos y organizativos "modernizadores", por causa de su "politización"; por otra, constituye un embate contra de los maestros, en razón de su aparente escaso capital cultural, el que atribuye a su pertenencia a los sectores sociales de más bajos recursos.
Ahora bien, aquella desvalorización de los institutos de formación docente es por completo incorrecta e injusta, porque –entre otras razones- desconoce o niega una historia más que centenaria de esfuerzos y ensayos de transformación de la mayoría de ellos; porque en su enfoque principal, pretende sustituirlos, hoy o en un proceso, por una formación universitaria, basada en considerar a los docentes como meros ejecutores de paquetes educativos preestablecidos, como expertos en "educación emocional" y en convertir a sus alumnos en emprendedores, al estilo empresarial. Por el contrario, los institutos o una buena parte de ellos, asumen creativamente su historia, procuran promover docentes como activos productores de conocimientos, capaces de reflexionar sobre sus propias prácticas, y en una interacción colectiva con sus pares y sus alumnos. Esta última perspectiva, en las antípodas de la sostenida por la Ministra de Educación de CABA, es la que asumimos como formadores de formadores en la Universidad Pedagógica Nacional. La tarea de "educar a los educadores" que hemos emprendido como docentes universitarios nos mantiene en un dialogo permanente con los institutos, respetando y valorando su proceso formativo, intercambiando experiencias y contribuyendo a abrir espacios de reflexión sobre las prácticas que pueden incidir en la formación docente. Pero a la vez, nutriéndonos como universitarios de los saberes de los docentes y alumnos, para facilitar su conceptualización y objetivación. Es por lo demás obvio, que hay dificultades notorias en la formación docente, en todas las instituciones y niveles de la enseñanza, pero solo la participación de docentes, alumnos, de la comunidad educativa toda, incluyendo la colaboración de los universitarios –dedicados a esa actividad- puede resolverlas.
Respecto a las acusaciones de "politización", sostenemos firmemente que toda actividad educativa, incluida la formación docente, es una actividad política, y ello en varios sentidos. Ante todo, porque los docentes son sujetos políticos, en el sentido de que al enseñar y atender al aprendizaje hay un acto de compromiso ineludible con el conocimiento, que tiende a formar ciudadanos capaces de comprender el mundo en que viven y en consecuencia aportar a su transformación. Por el contrario, es también político considerar que el mundo es inmodificable, y que la escuela es aséptica o que aquel está naturalizado y solo cabe aceptarlo como tal. Esta posición es tan política como educar para transformar el mundo.
Por otra parte, lo más grave respecto a la gestión política de la ministra: ella ejerce su gobierno sobre la educación ciudadana descalificando a los principales actores, los docentes, y ello quita todo sentido a su gestión. Es preciso resaltar que toda política genuina requiere identificar problemas y luego convocar a los actores para lograr consensos, disensos, con la voluntad de participar en las decisiones. Nada de eso ocurre con sus propuestas, de orientación tecnocrática y no participativa, vacías de contenido crítico y democrático. Por añadidura, presentan un fuerte componente político-policial, cuándo solicita a los padres que delaten a los docentes que "hacen política" o enseñan "bajando línea".
Ahora bien, aquella desvalorización de los institutos de formación docente es por completo incorrecta e injusta, porque –entre otras razones- desconoce o niega una historia más que centenaria de esfuerzos y ensayos de transformación de la mayoría de ellos; porque en su enfoque principal, pretende sustituirlos, hoy o en un proceso, por una formación universitaria, basada en considerar a los docentes como meros ejecutores de paquetes educativos preestablecidos, como expertos en "educación emocional" y en convertir a sus alumnos en emprendedores, al estilo empresarial. Por el contrario, los institutos o una buena parte de ellos, asumen creativamente su historia, procuran promover docentes como activos productores de conocimientos, capaces de reflexionar sobre sus propias prácticas, y en una interacción colectiva con sus pares y sus alumnos. Esta última perspectiva, en las antípodas de la sostenida por la Ministra de Educación de CABA, es la que asumimos como formadores de formadores en la Universidad Pedagógica Nacional. La tarea de "educar a los educadores" que hemos emprendido como docentes universitarios nos mantiene en un dialogo permanente con los institutos, respetando y valorando su proceso formativo, intercambiando experiencias y contribuyendo a abrir espacios de reflexión sobre las prácticas que pueden incidir en la formación docente. Pero a la vez, nutriéndonos como universitarios de los saberes de los docentes y alumnos, para facilitar su conceptualización y objetivación. Es por lo demás obvio, que hay dificultades notorias en la formación docente, en todas las instituciones y niveles de la enseñanza, pero solo la participación de docentes, alumnos, de la comunidad educativa toda, incluyendo la colaboración de los universitarios –dedicados a esa actividad- puede resolverlas.
Respecto a las acusaciones de "politización", sostenemos firmemente que toda actividad educativa, incluida la formación docente, es una actividad política, y ello en varios sentidos. Ante todo, porque los docentes son sujetos políticos, en el sentido de que al enseñar y atender al aprendizaje hay un acto de compromiso ineludible con el conocimiento, que tiende a formar ciudadanos capaces de comprender el mundo en que viven y en consecuencia aportar a su transformación. Por el contrario, es también político considerar que el mundo es inmodificable, y que la escuela es aséptica o que aquel está naturalizado y solo cabe aceptarlo como tal. Esta posición es tan política como educar para transformar el mundo.
Por otra parte, lo más grave respecto a la gestión política de la ministra: ella ejerce su gobierno sobre la educación ciudadana descalificando a los principales actores, los docentes, y ello quita todo sentido a su gestión. Es preciso resaltar que toda política genuina requiere identificar problemas y luego convocar a los actores para lograr consensos, disensos, con la voluntad de participar en las decisiones. Nada de eso ocurre con sus propuestas, de orientación tecnocrática y no participativa, vacías de contenido crítico y democrático. Por añadidura, presentan un fuerte componente político-policial, cuándo solicita a los padres que delaten a los docentes que "hacen política" o enseñan "bajando línea".
Respecto a esto último, vale la pena mencionar que en los institutos de formación docente hay muchísimas cátedras que sostienen diferentes posiciones, a veces opuestas, respecto de la historia política argentina y latinoamericana, el pensamiento filosófico, o las corrientes pedagógicas y didácticas. Es una política de los institutos la promoción de la pluralidad de ideas y enfoques, como es la regla en las universidades públicas, y no solo en los contenidos sino también en la naturaleza de las discusiones y el pensamiento crítico habilitado por esas diferencias, durante el proceso de enseñanza y aprendizaje. La señora ministra ha inventado las "bajadas de líneas".
Por otra parte, las propias palabras de la ministra son un hecho político, por ser pública y expresar una concepción del mundo y la educación, y por lo tanto deben ser interpeladas. Finalmente, cabe señalar lo totalmente inapropiado de identificar la política en la perspectiva que es propia de la educación con la propaganda partidista, o la formación de militantes, lo que disminuye y deforma de modo caricatural el sentido profundamente político de la actividad educativa.
Además, los dichos de la ministra no reconocen para nada la labor de la mayoría de los docentes, tan deficitarios para ella, que han recorrido las casas de los alumnos en la pandemia, realizando grandes esfuerzos para revisar sus procedimientos de enseñanza. Y tratando de sostener sus vínculos con los niños y las familias en medio de tantas carencias, por ejemplo tecnológicas, de las que su gobierno es por completo responsable. Esos docentes ignorantes y condenados por ser de origen pobre, han llevado el conocimiento y hecho participar a los niños y sus padres de inéditas experiencias pedagógicas. Nos gustaría que la funcionaria tomara nota de esas experiencias enriquecedoras y del creciente reconocimiento de los familiares a esas actividades de los docentes.
Finalmente, nos oponemos a su guerra contra los gremios, que son actores indispensables en defensa de los maestros y de la escuela pública, de sus salarios y su identidad como trabajadores, y nos negamos –insistimos otra vez- a aceptar que los docentes no puedan participar como tales en la lucha por un mundo más justo y solidario, al que no se arriba por el solo esfuerzo individual.
Firman los miembros de la Comisión Académica de la Maestría en Formación Docente. José Antonio Castorina; Carolina Scavino; Patricia Sadovsky; Liliana Calderón; Laura Mombello; Oscar Trinidad; Héctor Ponce; Alicia Barreiro.
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CÁTEDRAS DE PSICOLOGÍA EDUCACIONAL DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Las cátedras de Psicología Educacional de la Facultad de Psicología UBA repudian los dichos de la Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
En tiempos donde la sociedad manifiesta un anhelo de escuela y reconoce a lxs docentes en su tarea durante el ASPO, Acuña insulta al magisterio y lo vincula al adoctrinamiento.
Quien llenó el Ministerio de voluntariado para ejercer roles docentes, quien piensa en la figura del enseñante como un emprendedor, vuelve a mostrar su incapacidad de coordinar un Ministerio que justamente tiene en lxs docentes su capital humano más preciado.
La ministra también fragmenta a la comunidad educativa pidiendo que las familias denuncien a sus docentes. Esta postura evoca lo peor del Terrorismo de Estado y vacía de contenido el acto educativo, convirtiéndolo en mera acción tecnocrática.
La ministra deplora la pertenencia social y la trayectoria de vida de lxs aspirantes a maestrxs cuando debiera celebrar que se interesen por la docencia quienes provienen de los sectores más vulnerados, ejemplos genuinos de meritocracia legítima que podrán entender mejor las dificultades que atraviesan lxs estudiantes y transmitirles su voluntad de enfrentar las desventajas que produce la desigualdad.
Desde nuestras cátedras enseñamos la naturaleza política de la educación, su posibilidad de repartir una herencia cultural que está injustamente distribuida. Creemos en una docencia comprometida con la transformación que descree de lo inexorable de los destinos infantiles y juveniles.
Por una educación que construya confianza como eje de la relación pedagógica, reconocemos a la docencia porteña por su apuesta amorosa en tiempos pandémicos.
Por otra parte, las propias palabras de la ministra son un hecho político, por ser pública y expresar una concepción del mundo y la educación, y por lo tanto deben ser interpeladas. Finalmente, cabe señalar lo totalmente inapropiado de identificar la política en la perspectiva que es propia de la educación con la propaganda partidista, o la formación de militantes, lo que disminuye y deforma de modo caricatural el sentido profundamente político de la actividad educativa.
Además, los dichos de la ministra no reconocen para nada la labor de la mayoría de los docentes, tan deficitarios para ella, que han recorrido las casas de los alumnos en la pandemia, realizando grandes esfuerzos para revisar sus procedimientos de enseñanza. Y tratando de sostener sus vínculos con los niños y las familias en medio de tantas carencias, por ejemplo tecnológicas, de las que su gobierno es por completo responsable. Esos docentes ignorantes y condenados por ser de origen pobre, han llevado el conocimiento y hecho participar a los niños y sus padres de inéditas experiencias pedagógicas. Nos gustaría que la funcionaria tomara nota de esas experiencias enriquecedoras y del creciente reconocimiento de los familiares a esas actividades de los docentes.
Finalmente, nos oponemos a su guerra contra los gremios, que son actores indispensables en defensa de los maestros y de la escuela pública, de sus salarios y su identidad como trabajadores, y nos negamos –insistimos otra vez- a aceptar que los docentes no puedan participar como tales en la lucha por un mundo más justo y solidario, al que no se arriba por el solo esfuerzo individual.
Firman los miembros de la Comisión Académica de la Maestría en Formación Docente. José Antonio Castorina; Carolina Scavino; Patricia Sadovsky; Liliana Calderón; Laura Mombello; Oscar Trinidad; Héctor Ponce; Alicia Barreiro.
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CÁTEDRAS DE PSICOLOGÍA EDUCACIONAL DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Las cátedras de Psicología Educacional de la Facultad de Psicología UBA repudian los dichos de la Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
En tiempos donde la sociedad manifiesta un anhelo de escuela y reconoce a lxs docentes en su tarea durante el ASPO, Acuña insulta al magisterio y lo vincula al adoctrinamiento.
Quien llenó el Ministerio de voluntariado para ejercer roles docentes, quien piensa en la figura del enseñante como un emprendedor, vuelve a mostrar su incapacidad de coordinar un Ministerio que justamente tiene en lxs docentes su capital humano más preciado.
La ministra también fragmenta a la comunidad educativa pidiendo que las familias denuncien a sus docentes. Esta postura evoca lo peor del Terrorismo de Estado y vacía de contenido el acto educativo, convirtiéndolo en mera acción tecnocrática.
La ministra deplora la pertenencia social y la trayectoria de vida de lxs aspirantes a maestrxs cuando debiera celebrar que se interesen por la docencia quienes provienen de los sectores más vulnerados, ejemplos genuinos de meritocracia legítima que podrán entender mejor las dificultades que atraviesan lxs estudiantes y transmitirles su voluntad de enfrentar las desventajas que produce la desigualdad.
Desde nuestras cátedras enseñamos la naturaleza política de la educación, su posibilidad de repartir una herencia cultural que está injustamente distribuida. Creemos en una docencia comprometida con la transformación que descree de lo inexorable de los destinos infantiles y juveniles.
Por una educación que construya confianza como eje de la relación pedagógica, reconocemos a la docencia porteña por su apuesta amorosa en tiempos pandémicos.
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ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS
Los organismos de derechos humanos abajo firmantes repudiamos enérgicamente las declaraciones de la ministra de educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Soledad Acuña, contra quienes ejercen la docencia en nuestro país.
Mientras como sociedad atravesamos una profunda crisis causada por el macrismo y agravada por la pandemia, hay sectores que no han dejado nunca de trabajar, esforzarse y sostener las tareas para garantizar derechos. Tal es el caso de las y los docentes. Por eso no podemos tolerar declaraciones agraviantes contra quienes a diario se ocupan de educar, pero también de enseñar solidaridad. Son quienes, como Sandra y Rubén, hacen su trabajo e incluso el que a veces no hace el Estado, como preparar algo caliente cuando hace frío o servir el pan porque el hambre no deja aprender. Son quienes salen a luchar con el guardapolvo blanco como bandera y hasta son perseguidos en una gestión de la Ciudad que se ocupó más por reprimirlos que por mejorar su situación.
La ministra habla de la importancia de enseñar a pensar, mientras estigmatiza a los docentes que trabajan y luchan por mejorar sus condiciones para formarse como actores partícipes de la educación y no como tecnócratas fuera de su historia. Instala la desconfianza sobre la tarea docente en las familias, como si padres y madres debieran cumplir una tarea de vigilancia sobre quienes han estudiado para enseñar, deslegitimando su labor. Incluso insta a la denuncia como en las peores épocas de nuestra historia. Las palabras de la ministra lastiman a toda la sociedad y merecen más que unas disculpas. Instamos al jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta a tomar medidas, porque estas declaraciones no constituyen un hecho aislado: son la ideología con la que se piensan las políticas públicas de educación en la ciudad que más recursos concentra y que menos igualitariamente los distribuye.
La raíz del problema, muy por el contrario de lo que manifiesta la ministra, no está en la formación de los y las docentes, sino en no valorar su enorme tarea.
Abuelas de Plaza de Mayo
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas
H.I.J.O.S. Capital
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza
Liga Argentina por los Derechos Humanos
Familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz
Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte
Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS
Los organismos de derechos humanos abajo firmantes repudiamos enérgicamente las declaraciones de la ministra de educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Soledad Acuña, contra quienes ejercen la docencia en nuestro país.
Mientras como sociedad atravesamos una profunda crisis causada por el macrismo y agravada por la pandemia, hay sectores que no han dejado nunca de trabajar, esforzarse y sostener las tareas para garantizar derechos. Tal es el caso de las y los docentes. Por eso no podemos tolerar declaraciones agraviantes contra quienes a diario se ocupan de educar, pero también de enseñar solidaridad. Son quienes, como Sandra y Rubén, hacen su trabajo e incluso el que a veces no hace el Estado, como preparar algo caliente cuando hace frío o servir el pan porque el hambre no deja aprender. Son quienes salen a luchar con el guardapolvo blanco como bandera y hasta son perseguidos en una gestión de la Ciudad que se ocupó más por reprimirlos que por mejorar su situación.
La ministra habla de la importancia de enseñar a pensar, mientras estigmatiza a los docentes que trabajan y luchan por mejorar sus condiciones para formarse como actores partícipes de la educación y no como tecnócratas fuera de su historia. Instala la desconfianza sobre la tarea docente en las familias, como si padres y madres debieran cumplir una tarea de vigilancia sobre quienes han estudiado para enseñar, deslegitimando su labor. Incluso insta a la denuncia como en las peores épocas de nuestra historia. Las palabras de la ministra lastiman a toda la sociedad y merecen más que unas disculpas. Instamos al jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta a tomar medidas, porque estas declaraciones no constituyen un hecho aislado: son la ideología con la que se piensan las políticas públicas de educación en la ciudad que más recursos concentra y que menos igualitariamente los distribuye.
La raíz del problema, muy por el contrario de lo que manifiesta la ministra, no está en la formación de los y las docentes, sino en no valorar su enorme tarea.
Abuelas de Plaza de Mayo
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas
H.I.J.O.S. Capital
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza
Liga Argentina por los Derechos Humanos
Familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz
Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte
Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos