La sanción de la Ley N° 26.618, conocida como Ley de Matrimonio Igualitario, constituye una modificación del Código Civil Argentino y permitió la celebración del matrimonio entre personas del mismo sexo en nuestro país. Representó la conclusión de una lucha de más de 30 años del movimiento LGBTTTIQ+, siendo además un antecedente para la sanción de otras leyes como la Ley N° 26.743 de Identidad de Género, el Decreto N° 1006/2012 de Reconocimiento Igualitario para hijos, hijas e hijes y la Ley N° 26.862, de Fertilización Asistida; entre otras.
Formalmente, la conquista de este derecho se tradujo también en licencias, reconocimiento filiatorio a ambxs integrantes de la pareja y herencias; produciendo un hito importantísimo en la lucha contra la discriminación.
El Matrimonio Igualitario tuvo un impacto universal: tanto en las personas según la orientación de su deseo afectivo y sexual como en el territorio nacional y latinoamericano. Muchos otros países de Latinoamérica se sumaron luego en el reconocimiento de este derecho. A esto se sumó, años más tarde, la Resolución del 2017 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que reconoce al matrimonio igualitario y a la identidad de género como derechos protegidos por el pacto de San José de Costa Rica.
La creación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades es producto de la confluencia entre los feminismos, las centrales de lxs Trabajadorxs y el movimiento LGBTTTIQ+. Escuchando esta voluntad plural, y poniendo atención a la transversalización de las políticas antipatriarcales desde esta perspectiva, conseguimos la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y, recientemente, la Ley de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans.
Hace 11 años, la Ley de Matrimonio Igualitario nos abrió el camino.
¡Seguimos luchando por un país más justo para todxs!