El 26 de julio de 1952, a las 20.25 horas, María Eva Duarte, la mujer a la que el pueblo llamaba Evita, dejaba este mundo y pasaba a la inmortalidad.
Un largo y extenso velatorio se desarrolló durante las semanas siguientes. Filas de hombres y mujeres que parecían no tener fin se agolpaban en la Confederación General del Trabajo.
A 67 años del paso a la inmortalidad de una de las figuras más importantes de la historia universal, se vuelve tarea compleja poner en palabras el sentimiento que genera esa mujer.
"Donde existe una necesidad, nace un Derecho"
Eva Duarte