Festejar nuestro día como Trabajadores y Trabajadoras de la Educación el 23 de mayo, fecha definida en el marco de la histórica Marcha Blanca del '88, encuentra sentido en nuestro constante esfuerzo del ayer, en el hoy y seguramente por siempre en cultivar la memoria como acervo ético de nuestro pueblo.
Con el irrenunciable objetivo de construir cada vez más fuerza social organizada y porque, además, seguimos creyendo en las utopías, pese al esfuerzo de los que pretenden arrojarla al fondo de la historia.
No podrán vencernos porque somos destructores incansables de los laberintos donde la razón se pierde.
El 23 de mayo de 1988, los Docentes realizamos la Marcha Blanca, jornada histórica de la lucha de los Trabajadores argentinos. En esa lucha exigíamos, entre otras demandas, la Paritaria Nacional Docente, que nos arrebató el gobierno neoliberal de 2015-2019 y que, con inmensa devoción y con acciones a lo largo de todo el país durante los años en que nos fue vulnerado este legítimo derecho, logramos que el actual gobierno la restaure nuevamente.
Por eso, el 23 de mayo de 1988, CTERA lo instauró como el Día del Trabajador de la Educación. Un saludo a todas y todos los Docentes argentinos que protagonizaron esa gesta histórica y a los que seguimos defendiendo el Derecho Social a la Educación.