VIERNES 18/05 DE 1810
Llegan a Buenos Aires noticias que confirman la caída de la Junta Central de Sevilla y la ocupación casi total de la península por Napoleón. La estructura colonial se resquebraja definitivamente. El Virrey Cisneros, nombrado por ese poder que ha desaparecido, intenta sostenerse: emite una proclama para tranquilizar a la opinión pública, afirma su disposición de continuar en el poder y, de acuerdo con los otros Virreyes americanos, crear una Regencia en representación de Fernando VII (indicando de esa forma que la resolución de la crisis se dará en territorio americano).
Pero los distintos sectores criollos patriotas mantienen febriles reuniones que se extienden a lo largo de toda la noche, buscando definir una vía de acción en la nueva coyuntura. Por una parte, el grupo de los milicianos, liderados por el comandante del regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra, el poder militar más importante en esa Buenos Aires. Por otro lado, el grupo "ilustrado", entre quienes destacan Juan José Castelli y Manuel Belgrano, que vienen intentando diversas vías para el logro de la autonomía del territorio americano. Un soldado -desconocido- que llevaba un diario en esa época, escribe: "desde Este día adelante Revoluzion".
SÁBADO 19/05 DE 1810
Los patriotas han acordado un curso de acción: se debe convocar a un Cabildo Abierto que discuta si el Virrey debe continuar o no en el cargo y si formar una Junta de Gobierno, al igual que se ha hecho en España desde 1808 (y han intentado en el Alto Perú el año anterior), que en la práctica sería un poder autónomo.
Saavedra y Belgrano se reúnen con el alcalde del Cabildo, Lezica, para exigirle la convocatoria, quien, "a pesar de la repugnancia que manifestó" -recuerda Saavedra- "tuvo que acceder". Así se lo comunicó a Cisneros.
Pero el Virrey, antes de ceder, decidió convocar a los jefes militares para ver si contaba o no con su respaldo.
DOMINGO 20/05 DE 1810
Cisneros se reúne con los jefes militares para consultarlos "si están dispuestos a sostenerme en el mando"; en ese caso, dice, "el hervor de los que pretenden tan peligrosas innovaciones quedaría disipado". Saavedra le responde que ya no tenía más autoridad, que "no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse en ella". El Virrey, frustrado en sus esperanzas, dice entonces que "se hará el Cabildo Abierto que se solicita".
A la noche, Castelli y Martín Rodríguez, segundo comandante de húsares, concurren al Fuerte a presionar nuevamente al Virrey, que aún no convoca al Cabildo y está reunido con otros funcionarios. Rodríguez, exaltado -ya había propuesto echarlo por la fuerza-, le da cinco minutos para decidir. Cisneros cede: "hagan ustedes lo que quieran".
LUNES 21/05 DE 1810
A la mañana se reúne el Cabildo, deliberando todavía el rumbo a seguir. Se ven interrumpidos por una manifestación, unos seiscientos hombres con pistolas y puñales, el retrato de Fernando VII en sus sombreros y en sus solapas una cinta blanca, encabezados por Domingo French y Antonio Beruti, que exigen a gritos la convocatoria al Cabildo Abierto. El Cabildo se comunica con el Virrey y ante la situación este termina de acceder. El síndico del Cabildo, Leiva, lo anuncia a los manifestantes, pero estos ahora piden la destitución de Cisneros. El Cabildo convoca a Saavedra, le informa que se llamará al Cabildo Abierto y le ruega que contenga a la multitud y mantenga el orden, ese día y el siguiente. Esa tarde se cursan las invitaciones "a la parte principal y más sana del Pueblo". A la noche, en los cuarteles de milicias, se hacen preparativos para el día siguiente.
MARTES 22/05 DE 1810: EL CABILDO ABIERTO
No todos los invitados concurren al Cabildo, el temor hace que algunos miembros de la elite favorables al Virrey se abstengan; otros denuncian que las milicias criollas, que controlan el acceso, no los dejan entrar. En la Plaza, además, están French, Beruti y sus "infernales". El debate es acalorado. El sector colonialista quiere mantenerse al mando, el Obispo Lué propone que el Virrey siga en su cargo; responde Castelli que el poder del Rey ha caducado y la soberanía vuelve al Pueblo, se debe formar una Junta de Gobierno, como en España. El Fiscal de la Audiencia, Villota, intenta ganar tiempo, argumenta que hay que consultar al resto del Virreinato para formar esa junta; Paso dice que al contrario, no hay tiempo que perder. Se vota y una amplia mayoría apoya la destitución del Virrey, encargando al Cabildo formar esa Junta de Gobierno, una forma institucional de resolver la crisis. Salvo Castelli, que ha propuesto que sea el Pueblo, con su voto, quien la elija.
MIÉRCOLES 23/05 DE 1810
Se reúne el Cabildo y, una vez contabilizada la votación, expresa que resultaba de ella que el Virrey debía cesar en el mando y recaer provisoriamente en ese cuerpo, hasta que el mismo formase una Junta. Pero acordaron que, para conciliar el respeto a la "Autoridad Superior" con el bien general de las provincias, "el Exmo. Sr. Virrey, no sea separado absolutamente" y se le nombre como Presidente de esa Junta. Cisneros estaba de acuerdo, pero pidió que "se tratase el asunto con los Comandantes de los cuerpos de esta guarnición", pues esa resolución, "no parecía en todo conforme con los deseos del Pueblo". Ante la tardanza en publicar el cese del Virrey, Saavedra y Belgrano concurrieron al Cabildo y enterados de la maniobra les manifestaron su oposición, pidiendo que informaran solo el cese en el mando del Virrey. El bando se leyó esa noche.
JUEVES 24/05 DE 1810
El Cabildo designa una Junta de Gobierno presidida por Cisneros e integrada por cuatro vocales, dos españoles, Juan Nepomuceno Solá y José de los Santos Inchaurregui y dos criollos, Juan José Castelli y Cornelio Saavedra, "mientras se erige la Junta general del Virreinato". Con el correr de las horas se genera un creciente malestar entre las milicias urbanas y sectores del Pueblo, por lo que se ve como una maniobra continuista. Belgrano amenaza, recuerda Tomás Guido, "con el rostro encendido por el fuego de sangre generosa", echar con sus armas a Cisneros si no renuncia. Sin embargo, la Junta asume el Gobierno, pero a la noche, por la presión existente debe renunciar.
VIERNES 25/05 DE 1810
El Cabildo no quiere aceptar la dimisión de la junta nombrada el 24 y convoca a los jefes militares para que se comprometan a sostenerla, aún por la fuerza. Estos le hacen saber que es imposible. Grupos de vecinos y milicianos se juntan en la Plaza Mayor, la exaltación popular crece, grupos de personas entran al Cabildo, una diputación exige que se nombre una nueva Junta, la presión va en aumento hasta que, ante la amenaza del uso de la fuerza, el Cabildo finalmente cede. Se le hace llegar una representación firmada por vecinos, comandantes y oficiales de los cuerpos milicianos, "por sí y a nombre del Pueblo", indicando que el Pueblo ha reasumido las facultades que confirió al Cabildo, que este debe acepta la renuncia de la anterior junta y nombrar una nueva, e indica quienes serán sus integrantes. Un listado donde se han incorporado miembros de los distintos sectores, criollos y españoles, que apoyan la formación de un Gobierno autónomo, primer Gobierno Patrio de la Provincias Unidas del Río de la Plata.
Integrantes:
Cornelio Saavedra, Presidente. Vocales: Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea. Secretarios: Juan José Paso y Mariano Moreno.